En época romana toda la ciudad estaba delimitada por un perímetro amurallado. Tenía, por lo general, un carácter defensivo, pero también desempeñaba un papel simbólico y religioso, ya que la influencia de los dioses y sus templos se enmarcaba en el perímetro amurallado.
Hay restos visibles en dos puntos del conjunto arqueológico: un torreón de tiempos de augusto, en el área del teatro, contiguo al graderío; y un lienzo de época adrianea en el extremo septentrional de la ciudad, junto al anfiteatro.